Como es tradición, una vez al año, algún miembro de Pisasenderos acompaña al grupo de montaña los Sherpas a visitar a los pastores Fernando y Manolo, los hermanos Mier, pastores desde los 13 años. y que ejercen esta profesión en los Picos de Europa, concretamente entre las invernales de Vierru y la majada de Tordín, en el concejo de Cabrales. Son los únicos que quedan por esa zona.
El día que realizamos la visita, solo pudimos ver a Manolo, que estaba acompañado de su fiel amigo, el perro Sol. Ascendimos hasta las Invernales de Vierru, donde se encuentra una de sus cabañas y en la que nos recibió calurosamente. Manolo es un hombre entrañable, real, que habla tal y como siente, de los que te cuentan historias y vivencias que estarías escuchando horas y horas sin aburrirte.
Nos relató como es su día a día, su vida sencilla, sus preocupaciones, que tienen que ver sobre todo con la convivencia con el lobo y el riesgo constante de que su rebaño de cabras sufra ataques por parte de éste. Compartimos comida con él y nos invitó a un café calentito en su cabaña al calor de la lumbre que nos supo a gloria. Gracias Manolo por una jornada inolvidable.
Si os interesa saber más acerca de estos dos hermanos y de esta profesión que, desafortunadamente, está desapareciendo, no os podéis perder la película documental "Los últimos pastores" (2023), del director asturiano Samu Fuentes, con la que participó en la 61ª edición del Festival de Cine de Gijón y por la que ganó el Premio RTPA, al mejor largometraje asturiano.
El 10 Agosto, nos desplazamos hasta el concejo de Ponga para realizar una bonita caminata por el interior del Parque Natural de Ponga (Reserva de la Biosfera).
Comenzamos el día desayunando el Cangas de Onís y a continuación, nuesto autobús, nos llevó hasta San Juan de Beleño, lugar donde comenzaríamos la aventura que nos llevaría por un entorno majestuoso de bonitos pueblos y senderos, frondosos bosques, vistas impresionantes a profundos valles y emblemáticas cumbres como el imponente Tiatordos, que ejerce de pared divisoria entre los concejos de Ponga y Caso.
Tiatordos
Durante nuestro caminar, estuvimos acompañados casi todo el tiempo, por el agradable sonido del cauce del río Ponga, hasta que casi sin darnos cuenta, llegamos a la Foz creada por el mismo río a su paso y un poco después, al pueblo de Sobrefoz, en cuya área, nos detuvimos a reponer fuerzas, tomar un tentempié y a sacar la foto de grupo. También pudimos dedicar un tiempo a visitar el pueblo, caminar por sus calles y observar su bonita arquitectura tradicional. Sobrefoz es el punto de partida de algunas rutas que llevan al Pico Tiatordos.
Nuestro próximo objetivo tras este descanso, era el Mirador de Abiegos y el pueblo del mismo nombre, pero de camino, hicimos una pequeña para que algunos de nuestros acompañantes, disfrutaran de las frescas aguas del río Ponga. A decir verdad, todos consideramos que era un buen momento para descalzar las botas unos instantes y poner a remojo los pies. Una terapia que nos vino fenomenal para continuar la ruta y sobre todo, para preparar los miembros inferiores para la fiesta que nos esperaba y con la que no contábamos en Abiegos.
A la llegada a este bonito pueblo y tras una parada en el mirador del mismo para recrearnos con las vistas, nos encontramos con que celebraban la fiesta del pueblo en honor a San Lorenzo. En su plaza, al lado de la iglesia, encontramos un buen lugar para comer el bocata. Fue una comida amenizada por la música de la barraca de la fiesta, la cual nos vino genial para poder acompañar nuestro bocata con unos "culines" de sidra. Después de comer, hubo quien se encontró con la posibilidad de demostrar su destreza jugando a los bolos, he de decir, que unos demostraron más habilidad que otros en la actividad. Los bolos estaban allí preparados para una competición que formaba parte de la programación de la fiesta. Tras la exhibición un tanto, vamos a decir, accidentada, quedó claro que lo nuestro es caminar y que lo de los juegos tradicionales, será mejor dejárselo a otros. Hay que reconocer que lo del bailoteo tampoco se nos da mal.
Partida de bolos
Después de la comida, los bailes, las sidras y ... los bolos, emprendimos la marcha de nuevo hacia San Juan de Beleño. Nos esperaba un gran repechín que nos costó un poco más de la cuenta, no solo porque ya habíamos dejado parte de nuestra energía en la fiesta de Abiegos, sino también por los 38º de temperatura que el termómetro marcaba en ese momento. No obstante eso, lo superamos y llegamos a San Juan de Beleño donde nos estaba esperando la interesante visita el Centro de Interpretación del Parque Natural de Ponga. Un centro, que sin duda, merece la pena visitar por lo didáctico, ilustrativo y entretenido que es.
Con esta visita, dimos por concluida nuestra aventura por esta maravilla de Parque. Nos subimos al autobús y nos dirigimos de nuevo hacia Cangas de Onís para finalizar el día con un merecido refrigerio en una de las terrazas de este concurrido pueblo mientras comentamos las anécdotas de la jornada.
Hasta la próxima aventura.
Pd: Área recreativa de San Juan de Beleño en muy mal estado. Una pena. Esperamos que el Ayuntamiento adopte medidas de mejora.
A la tercera va la vencida. Después de tener esta ruta programada en dos ocasiones y ser suspendida por condiciones climatológicas adversas, por fin, se nos ha logrado realizarla el pasado día 3 de Agosto.
Comenzamos el día, desayunando en nuestro bar de referencia en Navia, el Snack, donde Antolín y su equipo, siempre nos atienden de maravilla. A continuación, nos dirigimos a Piantón, el bonito pueblo donde comienza la ruta.
El objetivo fundamental del día, era visitar la zona de Meredo y acercarnos al Mazo. Queríamos conocer el conjunto etnográfico, cuya visita, presumíamos sería muy interesante. Sin embargo, nos quedamos con las ganas, puesto que el centro de interpretación está cerrado y el lugar está completamente abandonado.
Del conjunto, poco se puede apreciar, puesto que tanto el Mazo como el molino, están cubiertos de vegetación, exactamente igual que el área recreativa donde pretendíamos hacer la parada para comer el bocata y fue imposible. Aún con esta decepción, dado el estado en el que se encuentra el entorno de Mazo, este espacio nos ha parecido bucólico. El salto de agua, la cascada, no es muy alta pero sí muy bonita. Es una obra de ingeniería creada por el hombre para el funcionamiento del Mazo y ha dado mucho juego a los componentes del grupo puesto que todos ellos han querido hacer en ella la foto de recuerdo.
Una vez finalizada la ruta, nos dirigimos a Tapia de Casariego a tomar nuestro merecido refrigerio. Antes de eso, nos permitimos el placer de poder disfrutar del bonito paseo marítimo de este pueblo marinero. Algunos de nuestros caminantes, no lo conocían y no habían visto nunca lo bonita que es la playa de La Grande y también el faro, el antiguo castillo y la piscina de agua salada, que antiguamente era una cetárea. Hubo quien, aprovechó para darse un buen chapuzón y refrescarse dado que el sol calentaba bastante ese día.
Coincidió además, que en Tapia se celebraba el Festival Folclórico Intercéltico de Occidente, por lo que había en el pueblo un ambiente muy agradable, además de un mercado con productos de todo tipo que no dudamos en visitar y en el que hicimos alguna que otra compra.
Una ruta más que hemos disfrutado y sumado a nuestra colección.
El sábado, de nuevo paramos a desayunar en casa Junco, pero
en esta ocasión quienes quisimos hacer acopio de palmeras gigantes no pudimos
al habérseles agotado.
A pesar de las previsiones disfrutamos de un día de sol
envidiable sin que el calor fuera agobiante, con lo cual fue un día estupendo
que tampoco estuvo exento de anécdotas. Así, comenzamos visitando fuera de lo
planificado el cementerio de Comillas dado su valor histórico-artístico que nos
dejo a todos con la boca abierta. El resto de monumentos, si bien los paseantes
tuvieron opción de visitarlos, los caminantes lo dejamos pendientes para otra
ocasión, al igual que el restaurante el
Mirador de Trasvía.
El grueso del grupo comenzó la aventura en la playa de Comillas
y el pintoresco puerto pesquero, mientras unos pocos, sin contar con ello,
evitamos las escaleras de acceso a la playa y de salida del puerto para
incorporarnos después al resto del grupo y recorrer el camino según Argimiro
nos había trazado.
Al estar la marea baja y hacer tan buen tiempo bajamos a la
arena e incluso caminamos a la orilla del agua tanto en la playa de Oyambre
como en la de Merón pudiendo pararnos a ver qué hacían un grupo de jóvenes
alemanes y descubrir la existencia de unas banderas amarillas y rojas que
delimitan la zona de baño.
Tomar el tentempié bajo el gran pino que había al final de la
playa de Oyambre disfrutando de la espectacular vista, sin duda es difícil
describir; por ello, invitamos a quienes vayan por esa zona se acerquen hasta
allí.
Tras comer todos juntos (caminantes y paseantes) en el pinar
que había al terminar la playa del Merón unos cuantos decidimos tomar un café,
helado… en la urbanización turística cercana para coger fuerzas/valor para
intentar atravesar sin respirar el puente de los deseos según la leyenda https://turismodecantabria.com/blog/el-puente-de-los-deseos-de-san-vicente-de-la-barquera/.
Pero, tanto lo uno como lo otro, fue tarea ardua pues al ser la hora de la
comida no atendían a quienes no iban a comer (desistiendo algunos de su empeño,
acabando otros en un supermercado y unos pocos acabaron en una
crepería/heladería) y por otra parte recorrer los 500 metros del puente de la
Mazahttps://redderutascarlosv.wordpress.com/2022/03/31/el-puente-de-los-deseos-de-san-vicente-de-la-barquera/
sin respirar con el sol de frente resulto imposible.
Una vez terminada la ruta y cambiados en el autocar hicimos
la foto de grupo, que hasta ahora no habíamos hecho y nos dirigimos al casco
histórico de San Vicente de la Barquera para apreciar unas fantásticas vistas
panorámicas, visitar su conjunto monumental junto a una exposición temporal
dedicada a Tutankamón (https://aytosanvicentedelabarquera.es/tutankamon-llega-a-san-vicente-de-la-barquera/)
y tomar el tradicional refrigerio fin de ruta.
San Vicente de la Barquera, además de ser uno de los lugares
claves del Camino de Santiago del norte, es el punto de iniciodel Camino Lebaniego https://www.caminolebaniego.com/caminos/camino-lebaniego
por el que algunos manifestamos interés en recorrer y que también añadimos a lo
pendiente.
Tras tomar nota de todo lo pendiente, ahora solo esperamos
que hayáis disfrutado de esta ruta tanto como nosotros y continuéis disfrutando con el video fin de ruta que Juan nos ha preparado.
Tras
haber parado en Cornellana para desayunar y degustado sus exquisitos dulces,
que a más de uno nos tentaron y acabamos comprando para llevarnos a casa, nos
dirigimos al pueblo de Arbeyales donde comenzamos la ruta según Argimiro nos
adelanto en la reseña y volvió a recordar en el autocar.
A pesar
del gran repechín con que nos encontramos nada más empezar, que una vez
terminado nos obligo a pararnos a coger aire, la ruta para nada fue exigente e insufrible
pudiendo recorrerla a buen paso y comer en el área recreativa de Saliencia
tranquilamente.
Después de comer tuvimos tiempo para dar un paseo por el
pueblo, escuchar las interesantes explicaciones de un vecino acerca de los
teitos, el proceso delavar y blanquear
la ropa con ceniza, hacer fotos y/o tomar algo en el bar que había allí mismo.
Este
día la niebla nos acompaño durante todo el recorrido impidiéndonos distinguir
muchos de los teitos que aún se conservan en las brañas y disfrutar de los
hermosos paisajes que intuíamos nos rodeaban. Pero, por el contrario gracias a
la niebla, a los ciclistas que estaban participando en la Rosca de Somiedo
(prueba de BTT en Somiedo desde 2013, https://www.somiedo.bike/laroscabtt.html)
se les hizo más llevadera y nosotros además de no pasar calor pudimos comer
unas cerezas bien fresquitas y descubrir la existencia de esta novela https://editorialsargantana.com/producto/a-traves-de-la-niebla/.
Por otra parte, la niebla le ha servido de inspiración a Juan al elaborar el video de esta salida, que siempre nos hace quedarnos con muy buen sabor de boca.
Finalmente, los
paseantes se unieron a nosotros para comer en el área recreativa de
Saliencia; con lo cual, ya pasamos el resto del día juntos y nos contaron con
todo lujo de detalles lo que habían visto por la mañana en los Ecomuseos de Veigas y de Caunedo.
Tal y como estaba
previsto, el autocar nos recogió junto a la capilla de Endriga a la que llegamos por
un estrecho y llano camino de tierra/ hierba a la vera del rio Saliencia.
Una
vez en el autocar nos encaminamos a Grao para tomar el refrigerio final y
callejear por su casco histórico donde estaban ensayando varios grupos
folklóricos para el festival popular «Folk in Grau»