BOSQUE DE VALGRANDE EN OTOÑO

 Ruta Circular Bosque Valgrande Pajares (Lena). 18 Octubre

Hace unos días hicimos una salida al Bosque de Valgrande, en Pajares, fue una caminata agradable y un día muy bonito. El bus nos dejó en la carretera del Puerto de Pajares, y desde allí empezamos a caminar hacia el pueblo del mismo nombre, el cual nos sorprendió a todos para bien. Hasta entonces solo lo habíamos visto de pasada desde el coche, y recorrerlo a pie cambió totalmente la impresión: casas cuidadas, rincones tranquilos y unas vistas preciosas hacia las Ubiñas. Mereció la pena detenerse un momento y sacar algunas fotos.

CARRETERA PUERTO PAJARES

Al pasar por el centro del pueblo, nos llamó la atención la casa del estudioso de la lengua y la cultura hispánica Ramón Menéndez Pidal, en ella pasó los veranos de su infancia. Durante toda su vida tuvo un  vínculo especial con las montañas del entorno de Pajares.

CASA DE RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL

Una vez dejamos atrás el pueblo, continuamos por una bajada cómoda, con el sonido del río acompañándonos. Poco después llegamos al pueblo de San Miguel del Río, donde hicimos el primer reagrupamiento del día. Allí, en la plaza, descansamos un momento bajo su gran tejo, un árbol precioso que impresionaba por su tamaño y presencia.

A partir de allí llegó el repechín, ese tramo que a algunos se les atragantó un poquito. Entre risas, algún resoplido y comentarios de “¡venga, que no es para tanto!”, lo fuimos superando poco a poco. Superarlo nos dio energía y nos animó para seguir.

En los tramos llanos del bosque caminábamos a buen ritmo, disfrutando del entorno y de los colores del otoño. El bosque estaba precioso: es un bosque mixto de hayas, robles y algunos tejos, con algunos tramos en los que el sendero nos daba una tregua para avanzar cómodos y disfrutando del paisaje.

Cuando llegó la hora de comer tocaba recuperar fuerzas. Comimos los bocatas junto a una fuente, que nos vino de maravilla para refrescarnos y rellenar las botellas que después del "repechón" habían quedado vacías. Después, Marisa repartió los frixuelos de postre, un detalle que animó aún más el descanso y ayudó, sin duda, a recuperar la glucosa perdida durante el ascenso.

El último tramo nos llevó de nuevo a la carretera del Puerto de Pajares, donde finalizamos la ruta. Allí mismo nos subimos al bus con destino Mieres, donde hicimos la parada de siempre para el refrigerio al final de la caminata: unos aprovecharon para dar un paseo tranquilo (por lo visto no habían caminado ya bastante), otros se tomaron un buen “copazo” y aprovecharon para charlar sobre las aventuras del día.

MIERES

En resumen, la jornada fue bonita, la caminata también, con un repechín para recordar pero también con tramos agradables. Objetivo cumplido de nuevo: ruta completada y ganas de repetir en la siguiente salida

¡Hasta la próxima aventura!

Para ver la descripción de nuestro recorrido AQUÍ

Video de la ruta:

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