El pasado sábado 9 de Agosto nuestro grupo se desplazó hasta la comarca de Los Oscos, un auténtico paraíso verde del occidente asturiano. Más de 60 compañeros nos reunimos para recorrer esta preciosa ruta circular con inicio y final en Santa Eulalia de Oscos, lo cual es todo un éxito teniendo en cuenta que estamos en pleno mes de agosto y muchos están de vacaciones.
La jornada comenzó bien temprano, con salida desde Quintueles y varias paradas, como siempre, en Gijón, para recoger al resto de compañeros. Antes de llegar al punto de inicio de la ruta, hicimos nuestro habitual alto en el camino para desayunar en la cafetería Snack de Navia, donde además tuvimos la alegría de saludar a nuestro amigo y presidente del Club de Montaña Peña Furada, siempre atento con nosotros.
Ya en Santa Eulalia, antes de arrancar a caminar, disfrutamos de una visita guiada al Museo Casa Natal del Marqués de Sargadelos. Allí, el guía Iker nos acercó a la vida de Antonio Raimundo Ibáñez, un hombre adelantado a su tiempo que en el siglo XVIII destacó como empresario e innovador, impulsando la industria del hierro y la famosa cerámica de Sargadelos. Una introducción cultural que nos puso en contexto y dio aún más valor a la jornada. Tras la visita, algunos de nosotros aprovechamos para hacernos con miel y algún objeto de cerámica e Iker, nos sorprendió regalándonos unas bonitas postales de los Oscos.
Con las mochilas a la espalda, comenzamos la caminata desde el museo. El recorrido, de unos 13 km, nos ofreció paisajes verdes, bosques que nos regalaban sombra y frescor, y la presencia constante del agua de los ríos de la zona. La arquitectura tradicional de Los Oscos no dejó indiferente a nadie: tejados de pizarra, sus típicos muros levantados con losas verticales delimitando senderos y pueblos que parecían sacados de otra época, como Caraduxe donde encontramos un apiturismo y venta de miel o La Valía, el cual, actualmente se encuentra deshabitado.
Aunque la humedad se hizo notar y mucho en el ambiente, el sol no apretó demasiado, lo que nos permitió disfrutar de la caminata en buenas condiciones.
La parada para la comida fue en un lugar mágico: justo en la unión de los ríos Villanueva y Barcia, en el lugar que da nombre a la ruta, "El Forcón de los ríos" (Forcón= unión). Allí, muchos aprovechamos para refrescar los pies en el agua mientras degustábamos el bocadillo en un ambiente fresco y agradable.
Eso sí, tras el descanso nos esperaba el mayor repechín de la jornada, con algún tramo sin sombra que exprimió las últimas gotas de agua de nuestras cantimploras. Afortunadamente, al llegar a la bonita aldea de As Poceiras, unas amables vecinas del Hotel Rural Casa Rodil y amigas de una de nuestras compañeras, nos ofrecieron su fuente para hidratarnos. ¡Un detalle que agradecimos enormemente!
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SANTA EULALIA DE OSCOS |
La ruta terminó de nuevo en Santa Eulalia, donde nos subimos al autobús rumbo a Navia para poner el broche final con el tradicional refrigerio de fin de ruta. Coincidió además con la fiesta de la Venera, un delicioso dulce típico a base de almendra, lo que redondeó aún más la jornada. Este dulce, por cierto, lo conocemos bien gracias a nuestra compañera Marisa, que al haberse criado en Navia sabe prepararlo como nadie y suele tener el detalle de llevarlo cuando en diciembre realizamos la ruta del Belén de Cumbres.
En el viaje de ida también hubo un momento muy especial: la presentación de la nueva camiseta del club. Durante el desayuno, muchos compañeros ya se animaron a probarla y reservar la suya. ¡Estamos seguros de que la veremos en muchas rutas a partir de ahora!
El Forcón de los Ríos nos ha dejado una experiencia inolvidable: naturaleza en estado puro, patrimonio cultural y arquitectónico, buenos momentos y la hospitalidad de la gente de Los Oscos. Una comarca que merece ser recorrida y disfrutada con calma.
¡Hasta la próxima aventura!