Este fin de semana nuestro grupo cambió la rutina y, en lugar de salir el sábado como es habitual, aplazamos nuestra excursión al domingo. ¿La razón? No podíamos faltar al Festival de la Sidra Casera de Quintes y Quintueles, todo un clásico que algunos de los nuestros tenían marcado en rojo en el calendario. Así que, tras la fiesta del sábado, el domingo madrugamos con ganas de caminata.
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Mirador del Pozo de la Oración |
Nuestra primera parada fue en Posada de Llanes, para desayunar y calentar motores con el rico café del Café Los Ángeles. Desde allí, continuamos hacia el Mirador del Pozo de la Oración, desde donde se divisa una bonita panorámica de los Picos de Europa, presidida por el majestuoso Urriellu (Naranjo de Bulnes). Aunque las nubes se empeñaron en no dejarnos disfrutar de su silueta en ese momento, no nos resistimos a sacar la foto de grupo con la esperanza de que apareciera.

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Poo de Cabrales |
Con las mochilas listas, comenzamos la caminata. Esta vez nos esperaba una ruta sencilla y corta, de 10 kilómetros, perfecta para disfrutar sin prisas. El único tramo exigente fue un repechín inicial que nos tuvo subiendo durante una hora, pero lo superamos sin problema, como siempre. A medida que ganábamos altura, el Urriellu jugaba al escondite con nosotros: aparecía y desaparecía entre las nubes, dándonos pequeñas alegrías.
La parada para descansar y reponer fuerzas la hicimos en una pequeña área recreativa donde, por fin,
el Urriellu se dejó ver en todo su esplendor. Aprovechamos para inmortalizar el momento y sacar un sinfín de fotos. Retomamos la caminata y poco después cruzamos el
antiguo pueblo de Muniama (pinchar enlace para sabes más), un rincón con mucho encanto donde se cree que se asentó la primera población del concejo de Cabrales Durante todo el recorrido nos acompañaron praderas verdes, cabañas de piedra, y unas vistas de postal sobre los Picos de Europa.
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Muniama |
La humedad del ambiente ya nos hacía sospechar que la lluvia no tardaría en llegar… y así fue. La lluvia nos alcanzó cuando estábamos llegando a Poo de Cabrales. Primero fina, después más intensa, lo que nos obligó a buscar refugio bajo una higuera que parecía estratégicamente colocada. Esto hizo que el refrán “quien se pone debajo de la hoja, dos veces se moja” se cumpliera al pie de la letra.
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Poo de Cabrales |
Con la lluvia fastidiando nuestros planes de comer junto al río, activamos el plan B: subimos al bus y nos dirigimos a Arenas de Cabrales, donde un bar con una bonita terraza (El buen yantar del Picu Urriellu) nos acogió y nos permitió comer nuestros bocatas a cambio de consumir sus bebidas. Algunos incluso se animaron con un menú del día para reponer fuerzas como Dios manda.
Por la tarde, aún quedaba tiempo para cerrar el día por todo lo alto. En Llanes, paseamos juntos por el Paseo de San Pedro, con sus espectaculares vistas sobre el Cantábrico, y algunos compañeros que no lo conocían quedaron fascinados. Además, coincidimos con el mercado tradicional de las fiestas de La Magdalena, lo que nos dio la oportunidad de curiosear entre puestos y ambiente festivo antes de sentarnos a disfrutar del refrigerio final.
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Paseo de San Pedro (Llanes)
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Playa El Sablón (Llanes) |
Terminamos la jornada, esta vez la ruta no fue exigente, pero aún así, volvimos a casa con la sensación de haber aprovechado al máximo el domingo y con ganas de más caminatas.
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Caballos en Muniama
¡ Hasta la próxima aventura!
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